Mucho más que el resultado de horas de trabajo de nuestros enólogos, pero también más allá del diseño de una etiqueta, la diseñadora Inma Bermúdez se une a nosotros para dotar de identidad contemporánea al proyecto sostenible en el que se ha embarcado la bodega recientemente.
Además de sentar las bases con criterio ecológico sobre las que se articulará toda la identidad visual de la bodega, con ella hemos trabajado decisiones importantes a nivel de packaging y de servicios. Con el objetivo de reducir significativamente la huella de carbono y el impacto medioambiental se ha reducido el peso de todas las botellas de cavas y vinos ecológicos, utilizado tintas al agua en las etiquetas y retirado todos los elementos no esenciales: el collarín del cava, las cápsulas del vino (sustituyéndolas por lacre biodegradable), así como la impresión de bozales y corchos, además de reducir impresiones en las cajas. Todas estas decisiones materializan nuestro compromiso por convertirnos en una bodega 100% ecológica.